Andrés Carmona: “Trabajar dentro de un aeropuerto implica una ardua tarea de gestión”

El director de proyectos de LITOCLEAN alaba el trabajo de todo su equipo en un proyecto que les ha obligado a adaptarse a circunstancias difíciles de gestionar.

LITOCLEAN arrancó en 2018 un proyecto para la ejecución de una barrera hidráulica para la contención de las aguas subterráneas que filtran hidrocarburo a un colector de saneamiento cercano y que todavía está en marcha. Al frente está Andrés Carmona, quien ha tenido que gestionar todas las peculiaridades de este proyecto, que no son pocas. El emplazamiento está situado en un aeropuerto, lo que complica tantos los accesos como los trabajos a realizar, y ha supuesto un esfuerzo extra en mantenimiento de equipos debido a la inmensa cantidad de producto recuperado: más de 1.200.000 litros.

– Las cifras de producto recuperado son del todo inusuales. ¿Esperabas algo parecido?

En absoluto, de hecho, la estimación previa, que no la hizo LITOCLEAN, era de unos 15.000 litros de queroseno totales recuperados, tras unos cuatro años de actuación. En la primera semana ya habíamos recuperado 11.000 litros y tuvimos que parar para planificar de nuevo porque no había ni dónde almacenar esas cantidades.

– ¿Qué solución encontraste?

Se apostó por la valorización, que no estaba inicialmente prevista y que supone una muy buena gestión ambiental. Hemos estado haciendo dos valorizaciones y una gestión de lodos a la semana. Casi el 60% se ha valorizado y el resto se ha gestionado como lodos.

 – ¿Los equipos están preparados para un trabajo así?

Aquí entra en juego la tarea de mantenimiento, a cargo de Javier Avelino, que resulta fundamental. Gracias a ella los equipos prácticamente no han fallado nunca.

– ¿Ejecutar este tipo de trabajos en un aeropuerto supone una gestión más compleja de lo habitual?

Trabajar dentro de un aeropuerto siempre implica una ardua tarea de gestión. Antes de comenzar, además de la documentación habitual en este tipo de proyectos, se debe elaborar documentación propia del aeropuerto, como un  Plan de Vigilancia de Seguridad Operacional (PVSO), a partir de los requerimientos de Aena, además de tramitar las acreditaciones necesarias para las personas y vehículos que accederán al emplazamiento. También nos encontramos con otro tipo de obstáculos, como la limitación de altura o de cierre de pista para la ejecución de sondeos, para lo que tuvimos que solicitar permisos y nos adjudicaron un día y horario concreto.. Cuando, a medida que avanzan los trabajos, surgen imprevistos, todo se multiplica. Es un trabajo asociado que implica esfuerzo y horas.

– Otro trabajo asociado de este proyecto fue la obra civil.

Entre las peculiaridades de este proyecto, está la necesidad de crear un vial para poder entrar y salir de la obra sin ensuciar la pista de rodaje que teníamos al lado, porque si cae tierra o barro en ella, puede suponer un peligro para las turbinas de los aviones. Inicialmente propusimos un camino de obra, pero no se nos admitió porque era necesario ejecutar camino asfaltado, es decir, hubo que diseñar una carretera, aunque reducida a la mínima expresión. Esto supuso tener que compactar la tierra, poner aglomerado, etc., con toda la gestión correspondiente.

– ¿Tuviste más complicaciones?

Los sondeos fueron complejos porque había que hacer pozos de ocho pulgadas, mucho más grandes de lo habitual. Su perforación requería de unos 6.000 litros de agua por pozo para perforar la grava. Para conseguir el agua se hacían cuatro viajes al día con una cuba. El agua no la se podía verter directamente al colector porque llevaba sedimento afectado, así que fue necesario pasarla  por dos contenedores antes, para que decantara el sedimento. Además, varios meses después de haber comenzado los trabajos y pese a que el rendimiento de extracción de producto era bestial, nos informan de que sigue entrando vertido y nos piden actuar directamente en el colector, así que decidimos poner absorbentes en algunas arquetas y un flotador conectado a una caña de aspiración en dos de las arquetas, elementos que se cambian semanalmente.

– ¿Cómo consigues controlar tantos frentes abiertos al mismo tiempo y encontrar la solución para cada uno de ellos?

Teniendo un gran equipo. Javier Avelino es clave en el mantenimiento de los equipos para que nada falle, Fran Aguayo en la instalación y puesta en obra de los equipos, así como durante la ejecución de la obra civil, el trabajo de Fabiola Muñoz con la documentación ha sido indispensable, Carlos Herrarte, como coordinador del proyecto, ha estado  muy implicado en él y en la toma de decisiones, el apoyo de Laura López con su en la ejecución de los sondeos ha sido muy importante… En lo que a gestión se refiere, es un trabajo extremadamente exigente y complejo, pero hemos sabido adaptarnos a las circunstancias y salvar todos los escollos. Está en nuestro ADN.

En julio de 2020 el proyecto sigue en marcha y se sigue extrayendo producto, por que Andrés Carmona y todo el equipo de LITOCLEAN continúan trabajando para obtener el mejor resultado posible.